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Las organizaciones le nombran como el «mayor inmatriculador» ya que «hizo un expolio de bienes públicos como la Giralda»

El arzobispo Juan José Asenjo ha sido reconocido con el título de hijo adoptivo de Sevilla, lo que no ha gustado ni a colectivos religiosos, ni laicos ni de memoria. La oposición se encuentra en el proceso de inmatriculaciones que llevó a cabo la iglesia Católica y que el propio Asenjo lideró en Cordoba, contando con emblemas como la Mezquita, y en Sevilla con la Giralda, inscrita en el año 2010 por 30 euros.

Según la información publicada en eldirario.es, Asenjo «es el mayor inmatriculador» y, esa labor, «no es una actitud cristiana», resume el portavoz de Redes Cristianas, Evaristo Villar. «Ha hecho un expolio de la posesión de esos bienes, que eran públicos a todas luces», entiende Guillermo Casellas, Plataforma en Defensa del Patrimonio de Sevilla.

El Ayuntamiento de Sevilla, por su parte, no hace valoraciones sobre el caso, según las fuentes consultadas por este medio. Asenjo, además de con las inmatriculaciones de bienes, también ha estado envuelto en diversas polémicas por su crítica al matrimonio de personas del mismo sexo, que considera un «abuso», o al «feminismo radical».

La propuesta de homenaje será efectiva el próximo día 23 en unas distinciones que han levantado polémica con otro nombre: Alfonso Guerra, distinguido como hijo predilecto de la ciudad. En el caso del arzobispo Asenjo, el nombramiento coincide con el fin de su pontificado.

El arzobispo de Sevilla ha manifestado que el título de hijo adoptivo «le honra mucho» y viene de una ciudad «a la que quiero muchísimo», como ha manifestado en la web oficial del Arzobispado sevillano. La propuesta de Asenjo también anda en discusión, porque el Ayuntamiento alude a una iniciativa de Cáritas Diocesanas mientras desde las filas de Vox pretenden apuntarse el tanto, como cuenta Religión Digital.

Asenjo, «el mayor inmatriculador»

La distinción al arzobispo de Sevilla «es ominosa, un insulto a la inteligencia, no es justo que se premie a aquellos que van robando los bienes de todos», describe el portavoz de los «cristianos de base críticos». En el caso de Asenjo, precisa, «nos parece que según los datos que se manejan es el mayor inmatriculador».

«Estamos totalmente en desacuerdo con el homenaje, es un gesto que va contra el pueblo, la lógica y contra el sentido común», apunta Evaristo Villar. «No es una actitud cristiana, es todo lo contrario, apropiarse de los bienes que son de todos» y el arzobispo Asenjo, por este motivo, «no es una persona ejemplar», según Redes Cristianas.

«Y desde el punto de vista teológico, del cristiano, es una de las cosas más contrarias a lo que es el núcleo del Evangelio, del mensaje de Jesús, que no va por la propiedad, el cristianismo aporta esa de las comunidades, el sentido social, público, de los bienes de la tierra», explica Villar.

El «expolio» a manos de Asenjo

Unos 20 colectivos denuncian que, nada más aterrizar como arzobispo de Sevilla, Asenjo inscribió en el Registro de la Propiedad la Catedral de Sevilla, «incluyendo a la Giralda y al Patio de los Naranjos como simples anexos de la finca, despreciando a estos dos símbolos de la ciudad y haciendo negocio con ellos cuando siempre fueron espacios públicos», según un comunicado.

«Alguien que se apropió del patrimonio que es de todos y todas nada más llegar al cargo no merece ese reconocimiento», sostienen. La plataforma contra las inmatriculaciones rechaza de plano la distinción de Asenjo como hijo adoptivo. Antes, «cuenta con el dudoso honor de ser obispo de Córdoba cuando se inmatriculó la Mezquita», señalan.

Asenjo, en su etapa cordobesa, «hizo una labor extraordinaria a ojos de sus jefes, como Rouco Varela, y ven que es el indicado para ir a Sevilla y matricular otra joya de la corona», cuenta el portavoz de la Plataforma en Defensa del Patrimonio de Sevilla. Con este «expolio» entre manos, «nos oponemos a cualquier mención honorífica y quizás ha faltado ser un poco más valientes y declararlo algo parecido a persona non grata», en palabras de Guillermo Casellas.

La polémica de las inmatriculaciones

Juan José Asenjo era el responsable del Patrimonio de la Iglesia cuando el entonces presidente popular José María Aznar modificó la Ley Hipotecaria del franquismo «para extender a los templos de culto la posibilidad de ser inmatriculados». A partir de ahí, cientos de bienes engrosaron el patrimonio eclesiástico.

La plataforma lamenta «que el Gobierno municipal del PSOE proponga esta distinción» cuando todavía «sigue sin hacer público el listado de bienes inmatriculados, tal y como se aprobó en el pleno» del Ayuntamiento de Sevilla en febrero de 2018.

Los colectivos recuerdan además «que Asenjo afirmó no tener ningún inconveniente en hacer pública la información cuando se aprobó la moción en el Ayuntamiento y, a día de hoy y habiéndoselo pedido formalmente por escrito, el escándalo de las inmatriculaciones sigue dominado por el oscurantismo y la falta de transparencia».

El arzobispo Asenjo, sobre el nombramiento como hijo adoptivo, dice que ha recibido «la noticia con sorpresa, no me lo esperaba hasta que el señor alcalde –Juan Espadas– el viernes pasado me lo comunicó». El 23 de septiembre recibirá el título en una ceremonia oficial que llega un mes antes de que presente su renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis hispalense por motivos de edad al papa Francisco.

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