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En las últimas semanas se han estrenado varios documentales con sello hispano que dan buena cuenta de la vitalidad del género. En Palabras para un fin del mundo, Manuel Menchón no solo reconstruye meticulosamente el enfrentamiento del escritor con Millán Astray, también sostiene que fue asesinado por un militar franquista. En Rol & Rol, Chus Gutiérrez vuelve al cine con una sentida y sensible denuncia de la situación de la mujer en España y el mundo árabe. En P’atrás ni pa’ tomar impulso, Lupe Pérez García documenta el exilio en Buenos Aires de la bailaora Carmen Mesa. Y en Nasha Natasha, Martín Sastre desnuda a la estrella argentina Natalia Oreiro y refleja su exitosísima gira en Rusia.

Palabras para un fin del mundo, de Manuel Menchón

Después de Mientras dure la guerra, la exitosa película de Alejandro Amenábar sobre los últimos meses de vida de Unamuno, con su famoso enfrentamiento con Millán Astray como clímax, acaba de llegar a los cines esta Palabras para el fin del mundo con un tono muy distinto. Después de La isla del viento (2015), donde trataba desde la ficción la época del exilio del escritor vasco con José Luis Gómez como protagonista, ahora Menchón regresa a Unamuno desde el documental para narrar, de la forma más precisa posible, esos angustioso epílogo de su vida.

Tras un arduo proceso de investigación en los archivos de la Universidad de Salamanca, Menchón aporta la que presenta como “prueba definitiva” de lo que se dijo en aquella discusión ya que no constan en actas oficiales. Son los apuntes de un profesor de derecho que de manera oficiosa quiso levantar testimonio de lo acontecido. Y no, Millán Astray no dijo aquello de “muera la inteligencia” sino “muera la intelectualidad traidora”, que no es que sea bonito pero no es lo mismo.

El plato fuerte de Palabras para el fin de un mundo es plantear la hipótesis de que el rector de la Universidad de Salamanca no murió por causas naturales, muy debilitado anímicamente por los asesinatos por parte de los franquistas de sus amigos Salvador Vila y Atilano Coco, sino que fue aniquilado por Bartolomé Aragón, furibundo fascista que pasó las ultimas horas con el maestro. Para ello, aporta pruebas como el beligerante radicalismo de Aragón, poco afín al maestro, o la rapidez con la que se le enterró sin practicarle una autopsia.

A estas alturas es posible que nunca sepamos la verdad sobre la muerte de Unamuno aunque Menchón presenta su caso con convicción. Lo que es seguro es la lucidez de un escritor e intelectual de enorme altura que censuró a los nazis, despreció su racismo, llamó a la concordia en plena barbarie y no dudó en defender la inteligencia aún a costa de su propia vida.

Rol & Rol, de Chus Gutiérrez

Cineasta con una distinguida trayectoria que arranca con aquella célebre Sublet (1992) que rodó con Icíar Bollaín, pasando por películas como Retorno a Hansala (2008) o Ciudad Delirio (2014), Chus Gutiérrez (Granada, 1962) reflexiona sobre feminismo en un nuevo documental. Recién llegado a Filmin tras su estreno en el último Festival de Málaga, Gutiérrez lanza su particular “yo acuso” sobre el rol de la mujer (de ahí el título) que le adjudican los medios de comunicación, la ficción audiovisual o la publicidad. A pesar de los muchos avances que ha habido desde los tiempos de su madre, a quien dedica un homenaje como pionera, la directora pinta un panorama sombrío ilustrado por numerosos datos como que solo aparecen un 16% de mujeres en los medios como figuras de poder o el hecho de que los 187 largometrajes que se produjeron en nuestro país el año pasado solo 36 las dirigieron mujeres.

Con la participación de figuras políticas como la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, la artista Yolanda Domínguez o la propia Bollaín, Gutiérrez celebra los indiscutibles avances pero deplora que “mejoran las estadísticas pero no la situación real”. Definiéndose a sí misma como “una mujer educada por mujeres del siglo XX que ha criado a una del siglo XXI” en referencia a su hija actriz, Alba Gutiérrez, la directora propone la sororidad como única manera de revertir una situación que mejora pero aun está lejísimos de ser justa. Hay emoción y hay un legítimo sentido de rabia en este documental repleto de ejemplos extraídos de la vida real que demuestran la forma en que el machismo está profundamente enraizado en la sociedad.

P’atras ni pa’tomar impulso, de Lupe Pérez García

Es curioso este documental recién estrenado en cines sobre la bailaora cordobesa Carmen Mesa, una mujer de rompe y rasga por cuyas venas “corre aceite de oliva” obsesionada con los Andes desde niña. Siguiendo sus sueños, Mesa abandona su Andalucía natal para viajar a Buenos Aires, donde espera triunfar con su arte. Perdida en un país lejano, Mesa lucha contra un marido infiel y la dificultad de prosperar con su baile, dos esfera que se confunden en una mujer que confiesa que para ella es difícil “separar el arte de la vida”. Una artista que sufre pero nunca se rinde y que taconea duro para “sentir la tierra”.

Homenaje a la resiliencia de su luchadora protagonista, P’atrás ni pa´tomar impulso es al mismo tiempo un canto a la importancia de luchar por los propios sueños así como un sensible retrato de las dificultades que afrontan todos los emigrantes que deciden probar suerte en tierras extrañas. Es una historia pequeña protagonizada por una mujer con más moral que el alcoyano, como se decía antes, cuya capacidad para sobreponerse resulta conmovedora.

Nasha Natasha, de Martín Sastre

  1. Talentoso artista reconocido en todo el mundo, Martín Sastre (Montevideo, 1976) debutó como director de cine con Miss Tuacarembó (2010), en la que narraba en clave pop el ascenso a la fama de una treintañera uruguaya de provincias que creció soñando con Madonna y Michael Jackson. En aquel filme aparecía Natalia Oreiro, gran estrella argentina desconocida en España que ha destacado en su país como actriz y cantante. Ahora, Oreiro es la protagonista absoluta de este Nasa Natasha, documental estrenado en Netflix en el que documenta la gira de Oreiro en Rusia, donde es una cantante de enorme celebridad.

La propia Oreiro se pregunta por qué causa tanto furor en un país tan lejano y aparentemente tan distinto como Rusia. Ya se sabe que los rusos siempre han sido los sureños del norte y en Nasa Natasha el director realiza un cálido retrato de la estrella en un metraje en el que se intercalan el pop festivo y colorista de Oreiro con momentos de una intensidad nórdica “bergmaniana” en los que Sastre reflexiona sobre conceptos como la trasformación o la identidad. Conocemos a una mujer perfeccionista, infatigable, obsesionada al mismo tiempo con no fallar a sus millones de fans pero que también sufre por la separación de su hijo pequeño.

@juansarda



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