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Para la mayoría de las personas, el trabajo ocupa una gran parte de su tiempo. Para los trabajadores no remotos y no autónomos, pasar mucho tiempo en el trabajo equivale a pasar mucho tiempo con sus compañeros. Entonces, cuando uno de ellos tiene hábitos molestos o destructivos, deseas identificarlos desde el principio y descubrir cómo lidiar con el problema de una manera emocionalmente inteligente.

A continuación, te damos algunos pasos a seguir, según el tipo de personalidad

  1. El compañero de trabajo ególatra

Este compañero parece incapaz de dar crédito a otros y constantemente quiere acaparar la atención. En una reunión, taparán las ideas de otras personas e insistirán en por qué sus ideas son mejores, incluso cuando todos los demás piensan lo contrario.

Tu compañero puede ser un ególatra o un narcisista. Debido a que las personas con este tipo de característica son propensas a humillar a las personas para sentirse mejor, es tentador ponerse a la defensiva y decirles por qué están equivocados. Pero eso no ayudará a la situación, y definitivamente, no les impedirá volver a hacerlo en el futuro.

Entonces, ¿que puedes hacer? En lugar de acariciar su ego o ignorarlos por completo, es mejor reconocerlos cuando muestran un buen comportamiento. Digamos que ese compañero ególatra te trae café un día que estás apurado para entregar un trabajo o una tarea. Es mucho más efectivo prestar atención a esos momentos y resaltar tu reconocimiento hacia su gesto.

  1. El compañero de trabajo chismoso

Desafortunadamente, los chismes no terminan después del colegio. Chismorrear está en nuestra naturaleza humana. Según un estudio de 2019 de la Universidad de California, las personas participantes pasaron un promedio de 52 minutos al día cotilleando, de las 16 horas que estuvieron despiertas.

Un poco de chisme puede ser inofensivo, pero cuando cruza la línea de rumores y dramas innecesarios, genera negatividad y agota tu energía emocional. También puede hacer que los empleados sospechen unos de otros porque tienen problemas para discernir en quién confiar y quién difundirá rumores desagradables.

Hay varias formas de lidiar con los chismes de la oficina. Lo primero es rodearse de compañeros positivos en lugar de aquellos que tienen tendencia a chismorrear. Si te encuentras interactuando inadvertidamente con un chisme de la oficina, puedes abandonar la conversación o desafiarlos con la precisión de la información; o preguntando: “¿Cómo sabes eso?”. Esto puede ayudarte a determinar si la conversación se basa en chismes o es un intercambio de datos. Hacer preguntas como esta también ayuda a posicionarte como una persona que solo está interesada en compartir información objetiva, no como alguien que está interesado en tener una conversación sobre especulaciones y chismes.

  1. El compañero de trabajo pesimista

Cada trabajo tiene sus desventajas, y no hay nada de malo en reconocer abiertamente cuáles son. Pero hay una diferencia entre señalar algo con la intención de cambiar las cosas para mejor, y buscar razones por las cuales todo es terrible.

El eterno pesimista, o el quejoso crónico, hace exactamente eso. Puede ser solo una persona, pero su energía tiene el potencial de influir en toda la oficina. Hay muchas posibilidades para que las personas se comporten de esta manera: por ejemplo, pueden sentir que no se les escucha y quieren que alguien valore sus sentimientos.

Una forma de ayudarles a sentirse escuchados es reconocer sus emociones. Ten en cuenta que esto no significa que tengas que estas de acuerdo con ellos. Si estás en un entorno donde tienes que estar mucho tiempo con algún compañero pesimista y quejoso, puedes usar la frase “Si yo fuera tú, me sentiría de la misma manera’”. También puedes intentar replantear la situación, o preguntarle si ha pensado en una posible solución para resolver el problema del que se está quejando.

  1. El compañero de trabajo perezoso e incompetente

Si eres un empleado ambicioso que da el 110% en tu trabajo, puede ser frustrante tener que trabajar con alguien que hace todo lo contrario. Esta persona puede hacer lo mínimo cuando trabajáis juntos en un proyecto, o entregar un trabajo que tendrá que volver a hacer por ser deficiente.

Es normal que quieras desahogarte con tu jefe y compañeros, pero la respuesta emocionalmente inteligente sería comprender por qué se sienten así. Puede ser que su supervisor no lo esté administrando de acuerdo con lo que lo motiva. Imagina que es alguien que valora la autonomía y la libertad, entonces es poco probable que responda con entusiasmo si alguien le dice que haga algo en una fecha determinada. Sin embargo, puede responder bien a un desafío. Por lo tanto, puedes decirle algo como: “Parece que la mayoría de la gente no cree que podamos alcanzar nuestros objetivos este mes. ¿Qué opinas?”

  1. El compañero de trabajo intimidante

Al igual que los chismes, los matones no solo andan por los parques infantiles. Mientras que algunos crecen para personas decentes, otros continúan aterrorizando e infundiendo miedo en las personas en oficinas y lugares de trabajo. Pueden prosperar humillando a otros públicamente o aprovechando las vulnerabilidades de las personas. También pueden abusar de su posición de poder y tratar a cualquiera con falta de respeto.

Lo mejor que puedes hacer si recibes este trato por parte de algún compañero es no reaccionar. Esto puede ser difícil de hacer, pero si reaccionas, le estás dando al acosador lo que quiere. Sin embargo, cuando este tipo de persona no obtiene la reacción que desea, es más probable que pare. Y si no se detiene, entonces es hora de comenzar a documentar sus acciones para llevar su caso a los superiores

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