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El Tribunal Supremo ha puesto fin a años de disputa legal entre Aragón y Cataluña por la propiedad del llamado “tesoro de Sijena”, casi un centenar de piezas del patrimonio perteneciente al monasterio del mismo nombre, ubicado en Villanueva de Sigena (Huesca), y que data del siglo XII. El Supremo ha desestimado los recursos de las sentencias del juzgado de primera instancia de Huesca, de 2015, y de la Audiencia Provincial de Huesca, de 2017, con las que se obligó a la Generalitat y al Museo Nacional de Arte de Cataluña a devolver al monasterio aragonés las obras que habían comprado décadas atrás a las monjas que lo habitaban, por declarar nula la venta.

Para conocer el origen de la disputa hay que remontarse a 1970. Ante el grave deterioro del monasterio, las monjas que lo habitaban, de la Orden de San Juan del Hospital, se trasladaron a otro monasterio en Valldoreix (cerca de Barcelona). Entonces el patrimonio artístico que quedaba en Sijena lo componían un centenar de valiosos objetos artísticos de los siglos XV a XVIII que incluían sepulcros de madera, retablos, altorrelieves de alabastro, así como 21 pinturas al óleo sobre tela. 53 de estas piezas fueron depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y otros 44 fueron a parar al Museo de Lérida. Entre 1983 y 1994, la madre priora de la comunidad de monjas vendió las 97 piezas a la Generalitat y al MNAC por un total de 50 millones de pesetas.

Pero en 2015 un juez de primera instancia de Huesca consideró nula la venta de estas piezas porque, al pertenecer a un Monumento Nacional (fue declarado como tal en 1923), este patrimonio es inseparable del monasterio y por tanto, su venta fue ilegal. Entonces la Generalitat de Cataluña y el MNAC presentaron un recurso de apelación a la Audiencia Provincial de Huesca que fue desestimado. Ahora el Supremo también ha considerado nula la venta, pero por un motivo diferente: la venta no fue ilegal, pero sí “ineficiente” porque “la Orden del Monasterio de Valldoreix no tenía facultad para disponer de esos bienes, ya que la Orden de Sijena, con personalidad jurídica canónica y civil propia y patrimonio independiente, era quien ostentaba civilmente la propiedad de los bienes vendidos”.

El Gobierno de Aragón ha expresado su satisfacción al conocer el fallo del Tribunal Supremo. El consejero de Cultura de la comunidad, Felipe Faci, ha dicho que «era una decisión esperada» y confía en que «el litigio abierto en relación con las pinturas murales siga el mismo recorrido y puedan volver pronto al Monasterio de Sijena», en referencia a estos frescos que siguen en el MNAC.

Por su parte, la Generalitat de Catalunya ha emitido un comunicado en el asegura que tras el análisis de las 132 páginas de la sentencia, la Generalitat, el MNAC y el Consorcio del Museo de Lérida «decidirán las acciones a emprender, siempre motivadas por la protección y la difusión del patrimonio artístico». Entretanto, manifiesta «la preocupación que genera este caso en el mundo del arte por el grave precedente que supone, a partir del cual se puede provocar una avalancha de reclamaciones —administrativas o judiciales— similares en todo el mundo, desestabilizando todo el mapa museístico». Además, añade: «Por otra parte, desconocemos por qué el Gobierno de Aragón sólo ha reclamado las obras a las instituciones catalanas y no las que hay en otros museos, por ejemplo en Madrid. Recordemos que desde que las obras están en el monasterio de Sijena, se ha limitado el acceso del público y se teme por su estado, ya que el monasterio no reúne las condiciones mínimas para asegurar una apropiada conservación».

El regreso de las obras a Sijena

En mayo de 2016, el juez ordenó a la Generalitat y al MNAC que devolviesen los 97 objetos a Sijena. El 26 de julio llegaron al monasterio 51 de las 53 piezas que estaban en el MNAC (dos de ellas están desaparecidas), pero las 44 restantes, que eran las más valiosas, siguieron en el Museo de Lérida —alegando que eran piezas protegidas por las leyes catalanas, ya que en 1999 este lote de 44 piezas fue incluido en el catálogo del patrimonio de Cataluña—, hasta que en noviembre de 2017 el Ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo, aprovechando que era de manera transitoria el ‘conseller’ de Cultura de Cataluña por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, decidió obedecer a la Audiencia Provincial de Huesca y devolver esas 44 piezas, de las que una de ellas se extravió por el camino.

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