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A todos les gusta una buena sandía en verano. Pocos alimentos hay que puedan refrescarte tanto en las horas de más calor. Eso es lo que debió pensar Robert Pattison, por lo que decidió llevar una el pasado lunes, durante su primer día de trabajo en la brigada Engine 55 de los bomberos de Detroit. El gesto de llevar algo en tu primer día es algo habitual entre los bomberos, pero a Pattison le supuso ser despedido.

Era una sandía como cualquier otra, con un lazo rosa. Esto, que puede parecer completamente inocente, no fue interpretado bien en una brigada donde el 90% de sus componentes es afroamericano. Desde Fox se pusieron en contacto con Pattison, que aseguró que no era ninguna broma y no quería ofender a nadie.

El comisario de Bomberos Eric Jones emitió un contundente comunicado: «En el Departamento de Bomberos de Detroit tenemos tolerancia cero frente a conductas discriminatorias. El pasado sábado 30 de septiembre de 2017, en la Engine 55, un bombero a prueba se comportó de forma inapropiada, siendo considerado ofensivo y racialmente insensible por otros miembros del departamento. Tras una investigación, determinamos que el mejor curso de acción era despedir a este empleado». 

Pero ¿por qué tanto lío por una simple sandía?

El estereotipo de la sandía

Por sorprendente que pueda parecer, las sandías son uno de los principales símbolos racistas que se mantienen en la cultura americana desde la época de la esclavitud. En aquella época se quería dibujar a los afroamericanos como gente simple e ingenua, vaga y holgazana. Para ello se recurría a retratos de esclavos comiendo felizmente sandías en los descansos.

Pero el estereotipo ha tenido vida más allá de la abolición, en musicales teatrales de finales del siglo XIX e incluso en algunas de las primeras películas, como Who Said Watermelon de 1902. Durante el rodaje de Lo que el viento se llevó, la actriz Butterfly McQueen, que interpretaba a una de las esclavas de Scarlett O’Hara, se negó a rodar una escena en la que debía salir comiendo una sandía y escupiendo las pepitas.

Con el tiempo, el estereotipo de la sandía ha perdido fuerza, especialmente a partir de los 70, aunque todavía persiste en ciertos círculos. Por ejemplo, durante el mandato de Barak Obama, muchos detractores del presidente recurrieron a memes y viñetas como esta:

Más de siglo y medio después de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, muchas de las heridas abiertas por algunos de los actos atroces siguen sin cicatrizar. E incluso una simple fruta puede causar que vuelvan a escocer.

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