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Xaquín Pastoriza y Cristobal López | La fábrica de Vigo de la firma de componentes de automóvil Borgwarner está viviendo un conflicto debido a la decisión de la empresa de presentar un ERE para despedir a 103 empleados, lo que representaba al 20% del personal. La dirección de la multinacional estadounidense alegaba las previsiones de descenso de las ventas de vehículos como causa para este brutal recorte de plantilla, planteado justo cuando se estaba negociando el nuevo convenio. La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y el comité de empresa, integrado por CGT, CIG, CCOO, UGT y USO, convocó huelga indefinida a partir del lunes 13 de julio, denunciando además que este ERE se tramitaba estando en vigor todavía el ERTE por causa de fuerza mayor y en periodo vacacional. Ante la presión de los trabajadores, la dirección de la empresa reculó y anunció este jueves 9 que retiraba el ERE.

Los sindicatos decidieron desconvocar la huelga, pero permanecen a la expectativa y no bajan la guardia, ya que la amenaza persiste, primero ante el uso del ERE como arma estratégica de la empresa para presionar por rebajar las condiciones de los trabajadores en la negociación del convenio y segundo, ante la crisis que está sacudiendo a nivel mundial el sector de la automoción y que puede acarrear una oleada de ERE’s a corto plazo . Además, la dirección de la empresa está deslocalizando una parte de la producción hacia Portugal, buscando costes de mano de obra más asequibles, en una empresa que lleva declarando beneficios durante los 7 últimos años(12 millones de euros en 2019), a la vez que recibe ayudas públicas para investigación que luego no se invierten en la planta gallega, sino para producir en otros países.

El
sector del automovil es un sector industrial clave en el área de
Vigo, ya que más de 30. 000 trabajadores de esta zona se dedican a
esta actividad. Este es solo un primer aviso de lo que puede venir ya
que a las empresas les interesa más su margen de beneficios que el
sostenimiento de puestos de trabajo. De hecho, los trabajadores de
otra empresa de componentes de automóvil de Vigo, Copo Ibérica,
fueron a la huelga este martes ante la intensificación de los ritmos
de trabajo que ponía en riesgo su salud. Este sábado los
trabajadores de Borgwarner celebrarán una asamblea para decidir
colectivamente como actuar en este escenario en el que lo único
cierto es que no van a dar ni un paso atrás.

Entre
las principales preocupaciones de los sindicatos, es que esta medida
abra la puerta a una cascada en la industria auxiliar. Representantes
del comité han advertido de que éste no es un problema exclusivo de
Borgwarner sino el primero de los expedientes de regulación de
empleo (ERE) extintivos que prevén que se producirán «en
cascada» en las empresas de la automoción de Galicia en
cuestión de meses.

El
comité ha acusado a la dirección de Borgwarner de actuar de «mala
fe» al plantear 103 despidos en la planta del barrio de Zamáns
de Vigo alegando una previsión de caída de ventas asociada al
«dramático» descenso de los volúmenes de producción de
motores diésel, cuando hay abierto un proceso de negociación del
convenio.

Consideran
que el plan de despidos por causas productivas es incompatible con la
vigencia del de causa de fuerza mayor, y así se lo intentarán
transmitir a la ministra de Empleo, Yolanda Díaz, a través de
miembros del partido Galicia En Común con los que esperan reunirse
este miércoles.

Traslado de producción

Además
del calendario de movilizaciones, los miembros del comité esperan
celebrar una ronda de contactos con los partidos políticos,
empezando por la líder del BNG y candidata a presidenta de la Xunta,
Ana Pontón. También pretenden reunirse con representantes de la
Xunta para pedir que no apruebe el ERE extintivo y solicitar que
exija a la empresa contrapartidas en forma de mantenimiento de los
puestos de trabajo por las ayudas concedidas para proyectos de
investigación y programas de empleo.



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