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Una sala de conciertos de Londres en noviembre, durante el segundo confinamiento.

Una sala de conciertos de Londres en noviembre, durante el segundo confinamiento.
Álex Amorís

Por el escenario de The Hope and Anchor han pasado grupos tan míticos como los Ramones, Madness, The Jam, The Cure, The Clash, The Damn y U2. Las paredes del Electric Ballroom aún tienen el eco de los ritmos de Joy Division, The Smiths, Megadeth, Paul McCartney, Prince y otros muchos. The Hawley Arms fue el pub favorito de Amy Winhouse. En el O2 Brixton Academy se han grabado numerosos discos y también ha sido el último escenario que pisaron los Smiths.

La historia musical de Londres, y la de casi toda Europa, va unida a la de sus salas de conciertos, que han servido en sus escenarios la música de las mejores bandas del panorama anglosajón. La pandemia ha arrasado estos espacios legendarios que han quedado mudos y encerrados dentro de un túnel en el que difícilmente se ve la salida. Una situación similar a la que se enfrentan los locales de música en vivo en España.

El fotógrafo alicantino Álex Amorós, afincado en esa ciudad hace unos años, conoce bien el sector por partida doble. Como consumidor de música y también como conocedor de esos escenarios como miembro de una banda, The Liquorice Experiment, además de su faceta como Dj. En el segundo confinamiento en la capital inglesa decidió fotografiar el vacío y la desolación de 40 de estas salas. «La música en vivo ha dado forma a gran parte de mi vida; he trabajado en esos lugares y he tocado yo mismo en ellos». Por eso, dice, «quería devolver algo y mostrar apoyo en todo lo que pueda».

El resultado de ese trabajo, realizado durante el mes de noviembre, lleva por título 40 Music Venues, un fotolibro y, en el futuro, también una exposición. Los beneficios los destinará a la campapa #SaveOurVenues de la organización Music Venue Trust, iniciativa puesta en marcha en Londres para apoyar a estos locales y que ya ha conseguido recaudar con diferentes acciones cerca de 4 millones de libras, entre abril y diciembre.

Amorós, autor también del fotolibro Londoners y de la serie sobre el barrio Stoke Newington, esta última captada durante el primer confinamiento, considera que la industria de la música «no solo emplea a gran cantidad de personas, sino que es el corazón y el alma de Londres».

Moth Club, Round House, The Victoria Dalston, Sipirtual Bar, Camden Assembly, Strongroom, The Old Blue Last, The Good Mixer, The Lock Tavern, The Garage o The Finsbury Pub son algunos de los locales que han quedado plasmados en blanco y negro a través del objetivo de este fotógrafo. «Por sus escenarios han actuado bandas como The Rolling Stones, AC/DC, The Clash, The Cure y un largo etcétera; Londres es una de las ciudades de referencia a nivel musical y la situación de muchas de estas salas es complicada».

Con este proyecto ha querido «visualizar» la realidad de estos lugares «donde la gente ha disfrutado y soñado en muchas ocasiones, y que ahora, lamentablemente, si ves las fotos encuentras un aspecto desolador y depresivo». Por eso, quiso «captar un momento histórico, concienciar al espectador y apoyar la campaña de captación de fondos».

Ha pasado menos de una semana desde que lanzó su fotolibro y «está funcionando muy bien». De momento, se han hecho eco de su iniciativa la BBC o Time Out, entre otros medios.

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