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La idea de muerte desde un punto de vista religioso es inadecuada pues, considera sin tener bases suficientes para poder determinarlo así, que la muerte es una suerte de paso del plano sensible al plano suprasensible. No es el final de la consciencia, es el comienzo de su verdadero desarrollo. Para el pensamiento religioso que, sin haber podido probar la existencia del alma y de Dios, es considerada como el paso necesario para transcender el plano sensible e ingresar al suprasensible, es algo beneficioso. Por ese motivo, la forma o la manera, como se muere es lo que menos importa, lo importante consiste en realidad en acceder a esa realidad cuya existencia se circunscribe al ideario cristiano.

Los ateos, los agnósticos y los no creyentes en general saben que una vez el sujeto fenece, es el final. No hay un dios o un diablo esperándolo para bendecirlo o maldecirlo, salvarlo o condenarlo. La muerte es el final de un ciclo subjetivo.  Es el fin de la consciencia. Muchos cristianos como están persuadidos de la otra vida, en general, no les importa en absoluto morir de una manera indigna. Los que aún, a pesar de todas sus deficiencias, no hemos renunciado a la razón creemos que, así como se tiene el derecho a gozar una vida digna en todas sus dimensiones, asimismo es un derecho poder tener acceso, si es necesario, a una muerte digna.

La ley de la eutanasia representa un gran avance civilizatorio y una bofetada más – de las muchas que ha recibido— para la iglesia católica; este ejemplo de dignidad y amor por la vida que ha demostrado España con esta ley debería de inspirar a otros países de habla hispana a imitar esta gran gesta a favor de la vida y la dignidad humanas. La Iglesia Católica en vez de sentir vergüenza por todos los errores cometidos en el pasado, todavía sigue, a pesar de que es una institución enemiga del cambio, interviniendo y emitiendo fogosamente su irrelevante opinión en temas tan peliagudos como el aborto, la eutanasia y otras cuestiones embarazosas. Pero hablando así francamente: ¿deberíamos prestar atención a una organización tan alejada de la virtud y, en ocasiones, hasta criminal? Pienso que su postura anticientífica, desfasada y dogmática, ha causado suficiente miseria interna y externa en el mundo, pero a pesar de que es evidentemente una institución enemiga del progreso humano, tiene pescadas a muchas mentes estrechas que sí le creen sus mentiras. La Iglesia Católica, como lo sostuve en otro artículo, nunca ha estado a favor de las grandes gestas encaminadas a brindar un poco de felicidad a la especie humana, su oposición pueril en contra de esta ley lo demuestra nuevamente.

Los argumentos en contra de la eutanasia desde el terreno cristiano, pero sobre todo desde el católico son muy abundantes, sin embargo no pienso que sean lo suficientemente sólidos para persuadir a una persona de una inteligencia normal y libre de los prejuicios naturales que caracterizan a los dogmáticos. Pero, como es natural, siempre hay mentes débiles e incapaces de ver más allá de sus dogmas infundados y le creen, por eso es preciso aclarar que la postura de la Iglesia Católica sobre este asunto en discusión es completamente errada; la eutanasia es algo diferente de lo que esta institución religiosa afirma. Tratemos de justificar, pues, nuestra afirmación.

¿UN ATAQUE A LA DIGNIDAD HUMANA?

Los jerarcas católicos, ultraconservadores, en general sostienen que la aplicación de la eutanasia representa un ataque sistemático al carácter inviolable y digno del ser humano. Es evidente que la vida humana es digna en todos sus estadios, y debe ser respetada ya que sobre ello hay un acuerdo en común. Sin embargo, por más que intente, no logro encontrar un motivo lo suficientemente fuerte para poder secundar la postura católica sobre el tema ya aludido. Según esta postura conservadora, ningún ser humano puede ser eliminado, a pesar de lo grande que sea su sufrimiento pues aquello atenta contra el plan perfecto que Dios, en su infinita misericordia, tiene preparado de antemano para con esa determinada persona. Soy franco, no veo cual podría ser el plan maestro de una deidad al permitir que uno de sus críos sufra indeciblemente producto de una enfermedad crónica, de esas que azota día y noche, sólo alguien de indecible morbosidad podría justificar tal idea. Además, ese argumento como es bien sabido fue refutado por Darwin, pero al parecer recibir bofetadas intelectuales es algo que le encanta a la iglesia Católica y sus seguidores mundanos y profesionales, es decir, teólogos. Inhumanidad y falta de empatía son las notas fundamentales del catolicismo y el mundo cristiano en general, por eso no debe de extrañar que se oponga ferozmente a una ley inspirada por la benevolencia, la empatía y la piedad. Así que esta ley en vez de minimizar como lo afirman gratuitamente los católicos, eleva la dignidad humana.

NINGÚN SER HUMANO MERECE SER ANIQUILADO

Otro argumento que exponen los cristianos católicos es que no hay que interrumpir ningún proceso normal de vida humana. A mi juicio, una persona es la que vive bajo un marco legal, respetando ciertos principios y normas que rigen a una determinada sociedad. ¿Se puede considerar plenamente humano a un hombre que abusa de una niña de tres años o, en peores escenarios, de seis meses? ¿Es plenamente hombre, humano, un individuo que mata por celos a su mujer ahorcándola con una corbata, desmembrándola y luego tirándola al basurero y que, para evitar la justicia, huye cobardemente de su país? ¿A caso la vida de un sujeto de una maldad de esa naturaleza no merece ser interrumpida? Yo pienso que es más bestia que ser humano, y por tanto será plenamente racional, por el bien del conjunto, terminar con dicha escoria. Y no se puede apelar a la justicia divina porque en tal caso sólo basta recitar una fórmula mágica para que la culpa sea perdonada y suprimida.

LA VIDA ES SAGRADA DESDE EL COMIENZO HASTA SU CONSUMACIÓN

La jerarquía católica sostiene dogmáticamente que la vida es sagrada desde el comienzo hasta el final. Al parecer lo ya mencionado no aplica en el caso de Dios, pues si en realidad las leyendas y fábulas del Antiguo Testamento fueran ciertas, sin duda, Dios estaría en la cuerda floja, pues no se mostró muy misericordioso que digamos con los contemporáneos de Noé.  Para Dios la vida de los egipcios y los cananeos no fue sagrada desde el comienzo hasta el final. En todo caso, sabemos que dichas historietas no superan el carácter meramente legendario, pero ¿por qué la Iglesia Católica insiste tanto en la importancia del comienzo y el final de la vida humana? ¿Será porque en esas etapas de la existencia es cuando más vulnerable se encuentra el individuo? Y eso le beneficia.

¿TODO SUFRIMIENTO TIENE UN SENTIDO TRASCENDENTE?

La Iglesia Católica cree que el sufrimiento tiene un sentido y que la eutanasia y la muerte asistida lo destruyen. Uno se pregunta si una persona con una enfermedad terminal piensa lo mismo. Esta institución macabra por siglos ha invitado a sus feligreses a abrazar el sufrimiento, a preferirlo más que toda otra cosa. De hecho muchos santos cuando tenían recuerdos de aventuras amorosas antes de haber aceptado a Cristo, se lanzaban sobre los cardos para reducir los dulces recuerdos de la fornicación. Un ejemplo contemporáneo de lo que digo, es el celibato, que es un sufrimiento para los curas heterosexuales, cosa que es bastante exigua en los seminarios católicos. No es de extrañar que esa institución instigue a sus fieles al sufrimiento, es una organización que tiene como fundamento los peores defectos y pasiones que dominan a los seres humanos.

LA IGLESIA SE DECLARA A FAVOR DE LA VIDA ¿DIGNA O INDIGNA

Es bien conocida que una de las razones principales de la Iglesia Católica para oponerse a la eutanasia es que es una institución que está a favor de la vida. Esto es totalmente falso. La Iglesia Católica es una de las instituciones más criminales que ha existido en la historia. Por siglos impuso sus dogmas de una manera poco evangélica. Las cien mil brujas en Alemania que, entre 1450 y 1550, fueron incineradas no pienso que hayan sostenido lo mismo cuando estaban siendo ejecutadas por los lacayos del papa. Los quince mil judíos que fueron asesinados violentamente y los dos mil carbonizados por las turbas católicas pienso que sus vidas no fueron reconocidas como sagradas desde el comienzo hasta el final.

LA IDEA DE BONDAD

La idea de bondad que tiene la Iglesia Católica no es la más agradable y saludable que digamos, pues su fundamento reside en la Biblia, un libro repleto de todo género de crueldades. Para la iglesia sólo existen dos formas de vivir humanamente: como una persona buena o mala. La buena se salvará y la mala se condenará. Es una visión completamente cerrada como sus dogmas. Quemando a los herejes en las hogueras, les estaban haciendo un enorme bien. Es más, debían ser los condenados a sufrir tan indecible tortura los que tenían que estar agradecidos con la infinita bondad de la santa madre iglesia.

¿POR QUÉ ESCUCHAR A LA IGLESIA CATÓLICA?

La Iglesia Católica es una institución que por siglos infligió toda suerte de daños físicos y psicológicos a sus fieles e infieles. No es de extrañar que incite a la masa a sufrir, sin razón alguna, los más grandes sufrimientos, con el único fin de no quedar refutada por los logros innegables de la razón. Es una institución que tiene como fundamento, la mentira, la superstición y el odio. Y por eso está a favor del sufrimiento del ser humano.

Quizá la verdadera causa por la que la iglesia se opone al aborto, la eutanasia o cualquier otra propuesta a favor de la vida humana no obedezca a la supuesta defensa de la vida sino al miedo cobarde de que sus dogmas se vean cada día más relativizados. Así como dieron la batalla con los anestésicos y las vacunas, hoy la siguen dando para frenar las propuestas encaminadas a incrementar la dignidad y la felicidad del ser humano. No existe ninguna razón sea histórica o científica para prestar atención a los prejuicios que emite la Iglesia Católica. Es más, no debería ser parte de este debate, pues sus categorías no son científicas sino teológicas, y por ello ni vale la pena refutarlas.

La Iglesia Católica, por más que se llene la boca diciéndolo el movimiento Pro-vida, nunca ha estado a favor de la vida humana, si así fuera no invitaría a sus concurrentes a soportar sufrimientos innecesarios. De una institución que se ha prestado a incrementar la miseria objetiva y subjetiva en el mundo, parece necio prestarle un poco de atención. Su agenda es la que se ve amenazada, no es la vida humana. Si tanto quieren ayudar, que comiencen asintiendo que el derecho a una muerte digna es algo que todo ser humano debería tener acceso. Ya va siendo hora de que las faldas de la Iglesia Católica dejen de seguir inmiscuyéndose en el debate público, su opinión se fosilizó y ya no debería ser tomada en serio, sí para reírse un poco con sus graciosas ocurrencias.

Es evidente que si por la iglesia y la derecha rancia que la secunda fuera el divorcio, el aborto, los matrimonios igualitarios y, principalmente, la eutanasia serían meras utopías y más allá del horizonte posible, pues su mórbido amor por el principio de identidad les impide ver más allá de sus prejuicios infundados. Si cedemos un poco de terreno, sin duda, la fósil derecha —que es la expresión sociológica de la religión cristiana— no dudaría en retroceder todos estos avances, si ellos pudieran hacerlo, nos llevarían hasta las cavernas, al salvajismo mismo.

Por Víctor Salmerón

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*Los artículos de opinión expresan la de su autor, sin que la publicación suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan todo lo expresado en el mismo. Europa Laica expresa sus opiniones a través de sus comunicados

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