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Redacción Poder Popular Madrid | Esta misma tarde delegadas y delegados del sindicato médico MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadorxs de la Sanidad) han presentado una denuncia ante el Juzgado de Guardia de Plaza Castilla ante el riesgo existente para la seguridad de trabajadores y pacientes en la UCI para pacientes COVID, habilitada hace pocas semanas en la séptima planta del edificio general del hospital La Paz.

La segunda ola del covid sigue destapando el caos que vive la sanidad madrileña tras décadas de recortes. Si bien el famoso hospital de pandemias puesto en marcha por el Gobierno de Ayuso atrae todos los focos, la situación no es mejor en los centros hospitalarios que sufren sus recortes desde hace tiempo. Y es que, como vienen denunciando tiempo atrás desde el sindicato, así como por parte de trabajadoras y trabajadores a la propia dirección “hasta hace unos seis años una Unidad de Cuidados Intensivos, que fue trasladada al no cumplir con los requisitos fijados por la legislación vigente”.

A pesar de que existía un plan para rehabilitarla en caso de llegar una nueva oleada de casos fruto del Covid-19, éstas obras apenas han consistido en la reparación de cuestiones menores. Como señalan desde el MATS en declaraciones públicas realizadas tras presentar dicha denuncia “la planta sigue sin reunir las condiciones necesarias para albergar pacientes críticos. Cuenta con una sola toma de oxígeno por cada puesto, lo que supone un gran riesgo porque en caso de parada cardiorrespiratoria o desentubación son necesarias dos tomas. El circuito de aspiración no hace suficiente vacío, por lo que las tomas al final del pasillo no tienen potencia suficiente. Tratándose de pacientes entubados, el riesgo es enorme: si no es posible aspirar las secreciones pulmonares, los pacientes pueden llegar a asfixiarse”.

La situación para las trabajadoras y trabajadores de la planta tampoco es mucho mejor. Según el sindicato “los espacios de trabajo de las enfermeras son mesillas plegables situadas en los pasillos. Entre otras cosas, esto dificulta el traslado de pacientes para realizarles pruebas. Existe un único espacio de trabajo habilitado con cuatro ordenadores en una sala, cuando trabajan en cada turno entre 10 y 14 enfermeras, y un número algo menor de técnicos de enfermería (TCAEs). La unidad ni siquiera cuenta con lavamanos suficientes, tanto dentro como fuera de las habitaciones, hasta el punto de que la sala de descanso, donde las trabajadoras toman café o cenan en el turno de noche, tampoco tiene toma de agua ni desagüe”. Las consecuencias de esta situación son claras, “la falta de espacio de almacenaje supone que algunos suministros y medicación se traen de otra unidad que no contiene pacientes covid, con el consiguiente riesgo de contaminación”.

Es por todo ésto que desde la sección sindical del MATS en el
madrileño hospital de La Paz se ha cursado denuncia al Juzgado de Guardia al
constatar el claro riesgo al que se enfrentan tanto pacientes como
profesionales. Desde el sindicato sanitario señalan que “si lamentablemente
ocurriese algún incidente, la responsabilidad no puede recaer sobre las
trabajadoras que hacen su labor lo mejor posible, sino sobre los responsables
de que este unidad no reúna los requisitos para albergar a pacientes y
trabajadoras
”.




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