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El Ejército de los Estados Unidos está invirtiendo cuantiosas cantidades de dinero dinero en investigación neurocientífica, cuya finalidad es intentar descifrar los pensamientos de los soldados a través de sus señales cerebrales.

La armada estadounidense está destinando grandes partidas presupuestarias a la biotecnología, la inteligencia artificial y otros avances tecnológicos: desde inyecciones para que los soldados puedan ver en la oscuridad a la investigación de drones controlados con las señales cerebrales, software militar basado en machine learning capaz de tener una conversación o proyectos de biomedicina para optimizar oídos y ojos, potenciar la musculatura y colocar sensores en el cerebro.

La nueva investigación financiada por la Oficina de Investigación del Ejército de los Estados Unidos separó con éxito las señales cerebrales que influyen en la acción o el comportamiento de las señales que no lo hacen. Utilizando un algoritmo y matemáticas complejas, el equipo pudo identificar qué señales cerebrales dirigían el movimiento o señales relevantes para el comportamiento, y luego eliminar esas señales de las que no son relevantes en la conducta. En el experimento, los investigadores monitorearon las señales cerebrales de un mono que alcanzaba una pelota una y otra vez para establecer esta separación.

El objetivo final a largo plazo consistiría en construir un sistema que permita a los soldados comunicarse con nada más que sus pensamientos, según C4ISRNET. La Oficina de Investigación del Ejército (ARO) se ha comprometido a gastar 6,25 millones de dólares en este proyecto durante el próximo lustro, aunque todavía están muy lejos de poder desplegar tropas ciborg telepáticas en las contiendas.

Por ejemplo, el proyecto serviría para permitir a los soldados tomar medidas correctivas antes de que suceda algo, tomando descansos cuando el cerebro emita señales de cansancio, estrés o fatiga. Otro posible uso futuro es la comunicación silenciosa, dijo Krim. Los investigadores podrían aprovechar la investigación para permitir que el cerebro y las computadoras se comuniquen para que los soldados puedan hablar en silencio.

Por ahora, los neurocientíficos de ARO dicen que han aprendido a decodificar y analizar las señales neuronales que dirigen el comportamiento del resto de la producción del cerebro. No es una lectura de la mente, pero es un primer paso importante para comprender realmente lo que significan las diferentes señales cerebrales. «Aquí no solo estamos midiendo señales, sino que las estamos interpretando», dijo el gerente del programa ARO, Hamid Krim.

Los siguientes movimientos planificados por la organización en la búsqueda de tecnología telepática para el ejército pasan por decodificar otras categorías de señales cerebrales para que un ordenador pueda interpretar los pensamientos de un soldado. El primer paso es leerlos y el siguiente, que el algoritmo los entienda.

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.



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