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El dragón de Komodo, Varanus komodoensis, es el lagarto más grande del mundo. Ha existido en la Tierra durante más de un millón de años, pero se estima que hoy solo sobreviven unos 4000 individuos en libertad. Son endémicos de cinco islas en el sudeste de Indonesia, incluyendo la de Komodo de la cual la especie toma su nombre.

 

Un nuevo estudio internacional, dirigido desde la Universidad de Adelaida y la Universidad Deakin, ambas en Australia, sugiere que las repercusiones tanto del calentamiento global como del aumento del nivel del mar empujarán a la extinción a los dragones de Komodo, que ya tienen ahora hábitats restringidos, a menos que se apliquen pronto las medidas necesarias para evitarlo.

 

«Es probable que el cambio climático global provoque una fuerte disminución de la disponibilidad de hábitat para los dragones de Komodo, reduciendo severamente su abundancia en cuestión de décadas», explica Alice Jones de la Universidad de Adelaida y miembro del equipo de investigación. «Nuestros modelos predicen la extinción local en tres de los cinco hábitats insulares donde se encuentran los dragones de Komodo hoy en día».

 

«Las estrategias de conservación actuales no son suficientes para evitar el declive de la especie ante el cambio climático global. Esto se debe a que el cambio climático global agravará los efectos negativos de que las poblaciones sean pequeñas y estén aisladas», asevera Jones. «Intervenciones como el establecimiento de nuevas reservas en zonas que se prevé que mantendrán hábitats de alta calidad en el futuro, a pesar del calentamiento global, podrían funcionar para disminuir los efectos perjudiciales del cambio climático global en los dragones de Komodo».

 

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El lagarto más grande del mundo, el dragón de Komodo, podría ser empujado a la extinción por el cambio climático global a menos que se tomen pronto medidas significativas para impedirlo. (Foto: Achmad Ariefiandy, Komodo Survival Program)

 

«La gravedad y el alcance de las acciones humanas que afectan negativamente a las poblaciones de dragones de Komodo, sobre todo en la isla de Flores, apenas comienzan a ser reconocidas», advierte Deni Purwandana, coordinador del Programa de Supervivencia del Dragón de Komodo.

 

«Nuestros modelos de conservación muestran que los dragones de Komodo de dos grandes islas protegidas son menos vulnerables al cambio climático global. Sin embargo, incluso estos hábitats insulares podrían no ofrecer una garantía adecuada para la supervivencia de la especie», explica Damien Fordham, de la Universidad de Adelaida. «Los encargados de las labores de conservación en los próximos decenios tal vez tengan que considerar la posibilidad de trasladar animales a lugares donde no se hayan encontrado dragones de Komodo durante muchos decenios. Este escenario puede ser puesto a prueba fácilmente usando nuestro enfoque. Nuestra investigación muestra que si no se toman medidas inmediatas para mitigar el cambio climático global, corremos el riesgo de propiciar la extinción de muchas especies con áreas de distribución geográfica reducidas como los dragones de Komodo». (Fuente: NCYT de Amazings)

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