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Las ventajas de las empresas cuenten con un plan de compliance penal son numerosas, tanto por la seguridad que ofrece a los administradores como porque supone una garantía para el correcto funcionamiento.

Se trata de una decisión estratégica, especialmente importante ahora que el Código Penal recoge tanto nuevos delitos que pueden cometer las personas jurídicas como el endurecimiento de otros ya existentes. Si algo hay que tener claro es que no vale con copiar un plan ya hecho para otra empresa, sino que debe estar totalmente adaptado.

Para que el plan de prevención penal o compliance sea eficaz, es indispensable contar con asesoramiento legal para la elaboración de un plan personalizado y acorde a las necesidades de su empresa. Desde el Bufete Mas y Calvet, la abogada especialista en compliance penal Cristina Sterling Stubbe, apunta cinco aspectos clave para mejorar su eficacia:

  1. El compliance penal debe ser un traje a medida

Un plan de prevención penal ha de realizarse a medida de nuestra empresa, dando respuesta a su realidad concreta y atendiendo a su actividad y estructura organizativa. De lo contrario, a efectos prácticos, no servirá como eximente o atenuante de la responsabilidad penal de la empresa u organización, como consta claramente en la Circular 1/2016 de la Fiscalía General del Estado, en cuya página 43 señala:

“Los programas deben ser claros, precisos y eficaces y, desde luego, redactados por escrito. No basta la existencia de un programa, por completo que sea, sino que deberá acreditarse su adecuación para prevenir el concreto delito que se ha cometido, debiendo realizarse a tal fin un juicio de idoneidad entre el contenido del programa y la infracción. Por ello, los modelos de organización y gestión deben estar perfectamente adaptados a la empresa y a sus concretos riesgos”.

En algunos casos, para reducir costes y evitar que el programa se aleje de los estándares de la industria de los compliance, las compañías copian los programas de otras empresas, incluso pertenecientes a sectores industriales o comerciales diferentes. Esta práctica suscita serias reservas no solo sobre la idoneidad del modelo adoptado, sino que pone en cuestión el verdadero compromiso de la empresa en la prevención de conductas delictivas.

  1. Dar a conocer las normas internas

Haga saber a todos los integrantes de la entidad cuáles son las normas y medidas existentes en la empresa para prevenir la comisión de actuaciones delictivas y con qué medios cuenta la entidad para verificar su cumplimiento. Se trata de una cuestión fundamental a la hora de configurar, por ejemplo, la legitimidad de la injerencia empresarial en los ordenadores y otros dispositivos que ponga a disposición de sus trabajadores, ya que esta iniciativa deberá fundamentarse sobre la ausencia de toda expectativa de confidencialidad por parte del trabajador, lo cual exige que el trabajador lo conozca

  1. Elegir bien al responsable de cumplimiento

No solo debe de tratarse de una persona (o personas, si la empresa dispone de un órgano colegiado) que cuente con la completa confianza del órgano de administración de la entidad, sino que ha de ser independiente, conocer la entidad, tener sentido común y autoridad. Además, debe contar con recursos y tiempo necesario para desempeñar estas funciones si tuviera también que atender a otras labores en la entidad.

Conviene recordar que toda entidad cuenta con directivos prejubilados o jubilados que pueden resultar muy valiosos en estas funciones: tienen un profundo conocimiento de la entidad, cuentan con experiencia y, tienen la imparcialidad e independencia que les otorga su situación ajena a la vida laboral activa.

  1. Supervisar y ajustar el programa de compliance

Le puede llevar un tiempo ajustar un plan, algo perfectamente normal. Quizás un mecanismo inicialmente ideado como medida de actuación para prevenir la comisión de alguna conducta delictiva resulte en la práctica poco ágil o ineficaz, pero las revisiones, reuniones con sus destinatarios, la existencia de un canal de denuncias y sugerencias, permitirán identificarlos y detectar el fallo. De esta forma se podrán realizar los ajustes necesarios para lograr la eficacia de la gestión y control de los riesgos.

  1. Dar a conocer el canal de denuncias

No lo reserve solo a las personas que formen parte integrante de su entidad. Comunique su existencia a sus proveedores y a sus clientes. Ello le dará la oportunidad de conocer de primera mano cualquier anomalía en el funcionamiento de la entidad y podrá así detectar y corregir cualquier desviación desde el inicio.

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