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Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.

(CNN Español) — ¡Qué alegría que el Servicio Postal de EE.UU. (USPS) haya sacado una serie de sellos homenajeando al pintor cubanoestadounidense Emilio Sánchez en el centenario de su nacimiento!

¡Qué honor para los latinoamericanos en general y los cubanos en especial!

Yo no conocía mucho de su arte, pero una buena amiga me lo recomendó y enseguida quedé enamorada de su pintura, especialmente sus Casitas que me recordaban mucho una pequeña casa que teníamos en Long Island y que –como era tan pequeña y acogedora– le llamábamos así: La Casita.

Y cuando lo entrevisté —yo trabajaba en Univision para los programas de televisión “Mujer” y “Fama y Fortuna”— me encantó conocer su estilo, su fabulosa obra y su personalidad. Sánchez era un encantador “raconteur” (narrador) y sus anécdotas me cautivaron.

Los cuatro trabajos elegidos para la serie de estampillas fueron “Los Toldos” (1973), “Ty’s Place” (1976), “En el Souk” (1972) y «Sin título (Ventanita entreabierta)», de 1981.

“Sánchez exploró los efectos de la luz y la sombra para enfatizar la geometría abstracta de sus sujetos. Su obra de arte abarca su herencia cubana así como su larga vida en Nueva York”, dijo el Servicio Postal en su sitio web el 15 de enero.

Un honor muy merecido, que forma parte de las series de estampillas que se emiten en honor de grandes artistas como Ellsworth Kelly, Frida Kahlo y Andy Warhol, entre otros. Con tanta belleza ¿no les dan deseos de escribir cartas al estilo “de antes” y usar estos preciosos sellos?

Personalmente tengo un óleo pequeño de una bandera cubana pintada por Emilio Sánchez (la compré en una subasta de caridad), y el “artist proof” de la pintura de una casita blanca que me dedicó cariñosamente como La Casita de Mari.

Emilio Sánchez ha sido un gran orgullo para los cubanos y todos los latinoamericanos, muchos de los cuales ahora podrán conocer su obra.

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