A Prueba: Ford Focus ST-Line híbrido ligero, corretón, controlable y no muy gastón

Ford tiene una orientación especial hacia la creación de modelos de espíritu deportivo. Se esfuerza en hacer que conducir sea no sólo agradable y seguro, sino que además proporcione sensaciones que hagan que no nos cansemos de surfear el asfalto. El Focus de hibridación ligera y acabado ST-Line (uno de los más orientados a la deportividad) no es una excepción. Y en este caso lo de “surfear” casa a la perfección con su bien afinada dinámica, capaz de hacernos disfrutar y mucho en carreteras de montaña.

Por otro lado, el sistema de hibridación ligera de 48 voltios que ha incorporado este modelo a finales del año pasado le ha permitido rebajar los consumos hasta en un 17% respecto a las versiones térmicas. Y el sistema no sólo permite aquilatar consumos, sino que aporta riqueza a la conducción en forma de un arranque más progresivo y fino, una frenada más controlable y una reducción de ruido que influye en la mejora de la experiencia a bordo.

El Ford Focus es un icono entre los modelos compactos de las marcas generalistas en España, apreciado por su “pimienta” deportiva. La versión probada es la Focus MHEV (“mild-hybrid electric vehicle”) 1.0 a gasolina de 155 CV de potencia en su acabado ST-Line.

 -Sus medidas son de compacto típico con 4,37 metros de largo, 1,82 m de ancho (lo que le permite ofrecer un amplio espacio para hombros en la segunda fila) y una altura de 1,47 metros. Homologado para cinco pasajeros, la plaza central es mejor que en muchos de los modelos de su competencia en cuanto a espacio, pero aún así no es aconsejable en viajes prolongados y menos para adultos. El maletero cubica 375 litros de capacidad, una cifra algo por debajo de algunos de sus rivales. Alcanza los 1.354 litros con los asientos traseros abatidos.

-El motor Ecoboost de Ford es uno de los más premiados de la industria. Este es un tricilíndrico 1.0 litros con 155 caballos de potencia y un interesante par motor de 235 Nm. Su velocidad máxima es de 211 km/h y su aceleración en el 0-100 km/h es de 9,2 segundos, una cifra adecuada a su filosofía.

-Cuenta con un sistema que desactiva y activa (en sólo 14 milisegundos) uno de los tres cilindros del motor en condiciones de baja exigencia para reducir la combustión y lograr ahorros de combustible. A eso suma el sistema de hibridación ligera  de 48 voltios con el que arrancar y aportar energía al motor (hasta 24 Nm de par) si se necesita, además de regenerar la energía de la frenada para aportarla con posterioridad. El sistema nunca permite la propulsión en modo únicamente eléctrico, pero sí libera al sistema de gastos de electricidad en sistemas secundarios. Además, y con el embrague pisado, el sistema híbrido mantiene el motor encendido pero desactivado (por ejemplo mientras nos acercamos a un semáforo) para incrementar las situaciones de conducción en las que se evitan gastos. Gracias a ello, sus emisiones en ciclo WLTP se quedan en 115 g/km y consigue la etiqueta ECO de la DGT. Sus cifras oficiales de consumo también en WLTP son de 5,1 l/100 km.

-Tiene tracción delantera a la que se asocia un cambio manual de seis velocidades y sus frenos de disco son ventilados en el eje delantero. Su coeficiente aerodinámico Cx 0,27 sin ser excepcional es razonable para su segmento.

-Cuenta de serie con alerta de cambio involuntario de carril o un sistema de precolisión con frenada activa en reconocimiento de ciclistas, peatones y otros automóviles, cargador de móviles inalámbrico, sistema de conexión para móviles SYNC 3 con navegación, control de crucero adaptativo, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara de visión trasera, entrada sin llave…

Este Focus es uno de esos modelos en los que la dinámica de conducción brilla por encima de casi cualquier otra posible consideración. Por ejemplo, la calidad percibida de sus acabados y ajustes interiores está algo por debajo de parte de su competencia y su suspensión -sobre todo atrás- puede resultar algo menos afinada.

Sin embargo su aceleración es rápida, progresiva y ofrece sensación de plenitud hasta casi las 6.500 revoluciones. E indiscutiblemente lo mejor de este modelo es su chasis que parece capaz de aguantarlo todo y sujetar el coche por muchas maniobras bruscas y casi sin sentido que podamos hacer durante la conducción. Acelerar en medio de una curva, dar un volantazo, frenar moviendo el volante… el coche sale de maniobras inapropiadas con una prestancia que genera mucha seguridad. No es un coche de carreras, pero su comportamiento noble hace que ir ligero sea un gusto. Por eso hay que tener cuidado con los consumos cuando de los tres modos de conducción que ofrece el sistema (Eco, Normal y Sport) vamos en el más deportivo ya que los consumos se disparan ligeramente y superan los 6,7 l/100 km. si no controlamos el pie derecho.

También luce un gran tacto en su dirección. Responde rápida y con exactitud a nuestras órdenes, lo que todavía mejora las sensaciones. Además se acompaña de una frenada muy potente cuando la exigencia es clara, otro detalle que ofrece control y confianza. A mí me ha costado un poco encontrarle la dosificación precisa, bien por la entrada de la regeneración del sistema híbrido cuando levantamos el pie del acelerador o bien por la desactivación de los cilindros. En cualquier caso, no es algo de la mayor importancia, nada que haciendo algunos kilómetros más de los que pudimos completar en nuestra prueba no se “capte” instintivamente.

Los asientos son cómodos y recogen bien y todos los sistemas y funciones están bien pensados y ergonómicamente situados. Quizá la palanca de marchas quede ligeramente adelantada para mi gusto, pero eso son “manías” personales posiblemente debido a las características físicas de cada persona. Las marchas se insertan con exactitud aunque el recorrido entre ellas sea algo largo.

Nos gustó la pantalla de 12,3 pulgadas, su interfaz sencilla y bien estructurada y su pantalla de proyección de metacrilato situada por encima de la instrumentación y detrás del volante. Esta se está dejando de incluir en muchos modelos debida a las grandes pantallas, pero sigue siendo muy útil y está mejor situada que muchas otras soluciones (salvo la proyección en el propio parabrisas, que muy pocos coches tienen aún). La del Focus es muy nítida y ayuda mucho en la navegación.

Esta versión de 155 CV de potencia no es la más barata de su catálogo, dado su precio desde 25.485 euros sin descuentos. Existen del Focus MHEV otras versiones menos potentes y acabados más sencillos. En cualquier caso, la opción de hibridación ligera nos parece muy interesante y adecuada en este modelo. Sin limarle deportividad le ofrece una contención en los consumos muy interesante para trayectos tranquilos (ciudad, traslados interurbanos…) o bien en cruceros en autopista. ¿Convendría más la versión inferior de 125 CV? Digamos que se trata de una motorización más que suficiente. Pero si nos gusta disfrutar de vez en cuando al volante, esa potencia extra será diferencial en un coche que lo tiene casi todo para pasarlo bien en el asfalto.